A oscuras, con el radiante sol, con la luz que me ofrece la vida, con mis ojos, mi alma, mi corazón, en medio de la reunión de fieles e infieles, ahí te daré gracias.
Si he de afanarme lo haré por no afanarme; escudriñare lo que otros no se atreven con tal de conocer de ti lo que otros no conocen. Haré fuerza hasta debilitarme si es posible, para entender tu omnipotencia, iré al final de lo infinito para encontrarte allí vestido de humildad y amor.
Al final, descubrí que no estas donde los hombres quieres que estés, estas ahí, estas aquí, en la dádiva desinteresada y humilde, hoy te descubrí en una menta verde de apenas 50 centavos, te descubrí en la sonrisa de quien se desprendió de esa mitad de un peso y sonrió al bendecirme.
Lo vital es que sé que estas.
Por: Hansel Núñez
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